Por segundo año, nuestra Hermandad se reunía en su sede canónica para celebrar la festividad de la Cruz en el mes de Mayo.
Para tal ocasión, el patio de San Juan de Dios se decoró, al igual que el año anterior, con un alegre colorido de flores que, junto con los mantones y la cruz de flores de papel que presidía el recinto, hacían de aquello una estampa que bien le recordaban a más de uno aquellos tiempos en los que se reunían por aquellas mismas fechas a celebrar la Fiesta de las Cruces.
Con una barra, que este año estaba destinada al fondo económico del cuerpo de Camareras de la Hermandad, los que allí acudieron pudieron disfrutar del ambiente con comida propia de la época, tales como, caracoles, arroz y una amplia variedad de dulces caseros.
Entre charlas y alegrías fue avanzando la tarde hasta que llegaran las seis de la tarde, hora en que aparecieron los primeros Guindillas, que con costal en mano, se disponían a prepararse para su salida procesional. Se fueron congregando en torno a la mesa, donde merendaron todos juntos.


Además, este año, tuvimos la suerte de estar acompañados por otro pasito que decidió unirse al desfile. Situado tras el paso del Grupo Infantil, fue realizando chicotás bajo sones de agrupación musical.
Sobre las ocho y media de la tarde hacían su entrada en el templo donde se procedió a dar los diplomas a los ganadores.
De esta forma, aparte de fomentar en cierta forma el culto a los más pequeños, se cerró una jornada de convivencia en nuestra Hermandad, donde reunidos, como así hemos sido llamados, en torno a la Cruz, convivimos como hermanos que somos.
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