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Bienvenidos al Blog Oficial de la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, Nuestra Señora de la Amargura, Santo Entierro, Soledad y Santa Ángela de la Cruz de la ciudad de Constantina, con sede en la calle Izquieros y establecida canónicamente desde el 30 de abril de 2011 en la Iglesia de San Juan de Dios.

Este Blog fue creado, en su origen, para transmitir las actividades del anterior Grupo Joven y sirviese de punto de encuentro y unión para todos los jóvenes de nuestra Corporación. No obstante, vuestro continuo seguimiento y la gran aceptación que ha sabido alcanzar, han hecho que evolucionara en sí mismo y sea ahora el centro de transmisión por excelencia del día a día de esta nuestra gran Hermandad.

Salve a Nuestra Señora de la Amargura

lunes, 3 de agosto de 2009

LA LUZ DEL CAMINO



Y un año más, volvemos a lo mismo, volvemos a levantarnos de madrugada para ir a verla. Volvemos a programar el despertador, el cual no nos dejará seguir durmiendo para que acudamos a Ella un año más. Volvemos a caminar cada mañana por la oscuridad de Constantina, en compañía de unas tímidas farolas, quienes sólo se atreven a darnos luz hasta la salida del pueblo. Allí se quedan celosas, preguntándose por qué no pueden ir ellas también al Robledo.

Cuando esa luz nos abandona, enfilamos la cuesta de salida de Constantina más prestos que en otras ocasiones, deseando ver a lo lejos un haz de luminosidad que proviene de una casa blanca. Mientras llegamos a ella, intentamos esquivar en penumbra algún que otro obstáculo, saludamos a sombras anónimas que también se encaminan hacia esa casa. Son nueve mañanas en las que el fresquito nos obliga a olvidarnos del calor del mediodía mientras llegamos a la cuesta que tanto "cuesta subir", mientras intentamos no mirar hacia lo alto para evitar que se nos haga más aguda. Una vez que la hemos bajado, pensamos que ya nos queda menos para llegar a casa, pero, ¿qué casa es, que a tantos hijos lleva?

Cerquita ya estamos de su morada, y por fin, vemos un resplandor blanco entre las tinieblas que nos han acompañado en el camino. Por fin estamos cerca del Cielo de su casa, pero antes de que Ella extienda su mano y nos invite a pasar, debemos refrescar nuestro cuerpo con el agua que brota de su frente para refrescar nuestro alma con su mirada celestial.

¡Por fin hemos llegado!¡Por fin estamos a tus plantas! ¡Por fin hemos llegado a tu Casa del Robledo! Después de todo un año, la espera ha merecido la pena. Desde lo alto de un bendito camarín y suspendida sobre ese tronco de roble, nos sentimos como el pastorcito Melchor cuando a Tí te vio. ¡No hay mirada más bella que la tuya y la de tu bendito Niño! ¿Quién no te siente cercana mientras te rezan el Santo Rosario, mientras te saludamos tantas veces? Es María quien gobierna todo en esas mañanas, a quien le pedimos, simplemente, que nos quedemos como estamos, que nos ayude a seguir viviendo en el camino que su Hijo, el Dios Todopoderoso, nos marcó.

Cuando el rezo del Rosario ha culminado, la Novena ha sido exclamada u la Santa Misa se ha celebrado, ella nos despide hasta la mañana siguiente, como nuestras madres lo hacen cada noche con un beso, por que Ella, no lo olvidemos, es nuestra Madre del Cielo, que se proyecta todos los día en la figura de nuestras madres. ¡Madre! ¡Qué palabra tan bonita!

Y de vuelta a Constantina, a un paso más calmado, reflexionamos, y comprendemos por qué las farolas de la noche no seguían alumbrando el camino hacia el Robledo. A la mañana siguiente, a la primera que nos encontremos, le contestaremos orgullosos, que en el camino no hay luz porque toda está en el Robledo, en los ojos de la bendita señora de Constantina.
BEATRIZ COBO ROSSELL

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