Sobre las cuatro de la tarde, el Grupo Joven, prácticamente en su totalidad, entraba en las instalaciones de las Hermanas Mercedarias, para pasar un rato con sus mayores.
En el comedor y sala de estar, se les repartió unas torrijas, tan propias de las fechas, para que degustaran ese sabor tan cofrade y se les repartió una estampa de Nuestra Señora de la Amargura para que velara de ellos en esos momentos de soledad.
Tras una hora entreteniéndolos, conversando con ellos y animándolos, en la medida de lo posible, el Grupo Joven se despedía hasta otra próxima visita.
Agradecemos, desde aquí, a las Hermanas por su entrega y su disposición.
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