LA HERMANDAD BRILLÓ EN SUS DOS ESTACIONES DE PENITENCIA

Tarde de gloria en este Domingo de Ramos

Como todo lo soñado y anhelado por ser momento bello y efímero, llegó nuestro Domingo de Ramos de este año. Esta temprana Semana Santa fijaba en el 24 de marzo nuestra primera Estación de Penitencia, Nuestra Señora de la Amargura y Nuestro Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia lucían en sus pasos esperando la apertura de las puertas de la Parroquia.

El sol se asomaba indeciso entre las nubes que acabaron con la tranquilidad de la Junta de Gobierno. Al igual que el Domingo de Ramos pasado, la amenaza de lluvia era una realidad, por lo que tras consultar los partes meteorológicos se tomó la acertada decisión de atrasar la hora de la salida de la Cofradía. Nuestros Titulares hicieron firme Su Voluntad de procesionar por las calles de Constantina instando a las nubes a alejarse de su recorrido.

Ya con la caída de  la noche la Cruz de Guía se abría paso entre el público que llenaba la plaza de Llano del Sol expectante por ver los primeros nazarenos de capa roja que aseguraban la tarde de gloria del Domingo de Ramos. A los sones de Padrenuestro se brindaba el paso del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia a los devotos y foráneos que deseaban ver al vecino más antiguo de Constantina impregnando de fe cada rincón.  Este paso, estrenaba este año los faldones bordados por el Taller de Bordado de la Hermandad que embellecían aún más esta estampa y unos dados junto a la clámide simbolizando el sorteo de las vestiduras de Cristo.

Algo más tarde y ya con la noche entrada, asomaba por las puertas de la Parroquia el palio más esperado que guarda a Nuestra Señora de la Amargura. Tras el esfuerzo de costaleros y capataces pisaba Llano del Sol nuestra Titular arrancado aplausos entregados y muchas oraciones. La oscuridad de la noche tiñó el momento de una luz tenue y acogedora, haciendo que los primeros momentos en que los devotos disfrutaban de su venerada Virgen de la Amargura fuera a la luz de su candelería.

Son muchos los momentos a destacar del recorrido de la Cofradía. Por ejemplo, cargados de emoción estuvo el paso de nuestros Titulares por el Hospital San Juan de Dios, donde nuestros mayores hicieron llegar sus plegarias y disfrutaron del momento que se les regalaba. Justo antes, al palio de la Señora de la Amargura le cayeron los primeros pétalos del balcón del Taller de Bordado.

Sin duda, rincón a destacar de nuestra cofradía es su paso por Calle Feria. Este Domingo de Ramos fueron muchos los que quisieron ser testigos y por consiguiente, no quedaba hueco en este tramo. El paso de Cristo hizo las delicias de más de uno, sus chicotás fueron motivo de emoción y el instante oportuno para recoger oraciones de sus devotos. Al llegar el paso de la Virgen de la Amargura la calle Feria fue una explosión de júbilo y devoción. Dos grandes petaladas engrandecieron el andar de la Señora que avanzaba entre rezos y sones colmando de fe y ternura cada rincón, mientras nazarenos, costaleros, músicos y devotos le cantaban la salve.

Tras pasar calle Mesones volvía la Cruz de Guía a abrirse paso en Llano del Sol para ponerle fin a esta tarde de incienso, Humildad y Amargura. Los primeros nazarenos empezaban a llenar la Parroquia de nuevo. De nuevo en el punto de partida esperando la entrada en el Templo de Jesús y su Madre que volvían de catequizar por las calles del pueblo que les venera durante todo el año.

El paso de Cristo cautivó a los presentes andando a los sones de la Agrupación Musical de Lepe, que acompañada de la dulzura de un xilófono, logró llegar al corazón de mayores y pequeños. Poco a poco se fue adentrando en el Templo el Señor de Constantina que con humildad y paciencia se fue despidiendo de las calles que bien conoce hasta el año que viene.

El paso de Virgen lució como se esperaba también en su entrada. Cuando Llano del Sol retomaba aliento de la despedida del Cristo del Aceite, ocupaban la plaza ya los últimos tramos de nazarenos que acompañaban a la Señora de la Amargura. La Banda de Música del Sol de Sevilla supo transmitir en sus notas el recogimiento del momento. El Palio se mecía suavemente esperando las órdenes de un capataz que, en contra de su voluntad, acercaba el paso a la entrada del Templo. Nuestra Señora de la Amargura, al igual que el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, se despidió mirando a su pueblo. Pueblo con el que había compartido otra tarde de fe y gloria. Tras escuchar las últimos rezos y las últimas oraciones de sus fieles la Virgen de la Amargura entró en la Parroquia soñando ya con el Domingo de Ramos siguiente.

Recogimiento y solemnidad al caer la noche del Sábado Santo

El Sábado Santo la lluvia nos daba otra tregua y Nuestra Señora de la Soledad y Nuestro Santísimo Cristo Yacente colmaron las calles de luto y esperanza. Tal y como estaba previsto, a las ocho y media de la tarde se abrían las puertas de la Parroquia para dar paso a la procesión de Cristo sin vida junto a su Madre que con fe aceptaba el fin de quien más quería.

El cortejo fúnebre sorprendió por su solemnidad y por estar a la altura de tan sublime momento. La Cruz de Guía era seguida por miembros de nuestro Grupo Infantil “Los Guindillas” que portaban cirios. Tras ellos las representaciones de las distintas Hermandades de nuestra localidad. Seguían el cortejo las distintas insignias de nuestra Corporación y demás hermanos, que portando un farol que volvía a lucirse por las calles tras años de olvido, quisieron formar parte del mismo. Por último, representaciones de los Grupos Políticos de nuestro Ayuntamiento y camareras de mantilla que escoltaban el paso.

La primera levantá, como no podía ser de otra manera dadas las circunstancias meteorológicas que han teñido esta Semana Santa, fue dedicada a todas las Hermandades de nuestro pueblo que no han podido realizar Estación de Penitencia por la presencia de la lluvia.

Este año, la Virgen de la Soledad estrenaba en su salida la saya de luto y un cuerpo confeccionados por el Taller de Bordado que realzaba la belleza de Nuestra Señora de la Soledad y engrandecía, en parte, la tarde del Sábado Santo.

Durante el recorrido, que estuvo arropado por un número de fieles y cofrades muy superior al de años anteriores, hubo momentos muy emotivos. Por ejemplo el paso de la procesión por el Convento de las Hermanas Mercedarias o la entrada a Llano del Sol de vuelta.

Al volver a la Parroquia, la misma esperaba en penumbra al Santísimo Cristo Yacente y a la Virgen de la Soledad. La luz la daban las velas de los distintos pasos que allí se encontraban. Como el de Nuestra Señora de la Amargura que lucía toda su candelería encendida.

El silencio que los miembros del cortejo guardaban en el interior del Templo, daba buena cuenta del dolor de la Virgen de la Soledad teniendo en sus plantas a su Hijo sin vida. Al entrar el paso y descansar en su lugar, todos los presentes rezaron ante Cristo y su Madre dejando latente la esperanza de la Resurrección. Tras esta oración se cerraban las puertas de la Parroquia y con ellas las de otra Semana Santa de Constantina y de nuestra gran Hermandad de la Amargura.

*NOTA: Fotografías cedidas, temporalmente, por el Blog Constantina Día a Día. En breves publicaremos una selección de fotografías más extensa. Disculpen las molestias.