Queridos hermanos en
Xto:
Es
justo y de obligado cumplimiento, en este periodo de Adviento, antes de
expresar lo siguiente, el desearos a
todos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo. Una vez realizada mi
felicitación mi deseo para estas navidades es que todos tengamos una grata
convivencia en hermandad en los siguientes cuatro años de gobierno en nuestra
Junta, y todos los venideros. Sé que
este deseo se cumplirá, puesto que cuando Dios me dio el pequeño empujoncito
para que hablase con nuestro Hermano Mayor para pertenecer a la actual junta,
para que honrase a su Hijo y a su amadísima Madre, me dijo que todo iría muy bien. En esta
andadura que comenzamos juntos tendremos momentos para el disfrute y gozo, para
conocernos y verdaderamente ser una familia, una hermandad, para sufrir y
discutir, y un largo etcétera de puntos en común que hacen que una familia sea
perfecta, una familia que se ama, respeta y reconoce tanto sus virtudes como
defectos. En definitiva, una familia en la que sus miembros se aceptan los unos
a los otros con sus peculiares características. No es difícil conseguir esto,
puesto que todos seguimos a la misma Persona y es ésta la que nos enseña a través
de su ejemplo; no es otro que el mismo Jesucristo, digno ejemplo de alabanza,
cuando de todos es sabido que nos amo hasta la misma muerte, muerte de la cual
nosotros los hombres fuimos culpables, y aun así Él nos perdonó, amó y respetó.
Resucitó y pese a seguir actuando nosotros de la misma forma nos sigue amando,
perdonando y respetando.
Tenemos
la suerte de ser elegidos de Dios y no es otro más que Él el que nos ha unido
en este camino, en este paseo por la vida al lado de su Hijo y la Madre de éste,
Nuestros Sagrados Titulares.
Hagamos
y tomemos ejemplo de Él y seamos humildes y pacientes, como Él nos enseña todos
los días que vamos a rezarle, y al igual que nuestros sufrimientos seran
transformados en alegrías y aliviados al dirigirnos a nuestra madre, nuestra
Señora de la Amargura, ella, nos hizo partícipes de que nada es imposible, de
que todo tiene solución, y que nunca hay que perder la esperanza.
Tenemos
una importante labor por delante, un claro ejemplo a seguir y un motivo que nos
hace a todos ser miembros de una misma iglesia, seguidoras de una misma persona
y de un mismo mensaje: el Amor y el Perdón, con todo lo que esto conlleva.
Es
por eso por lo que os hago saber la importancia de la formación dentro de una
familia, en concreto de nuestra hermandad, no solo basta con el culto a nuestras
imágenes, ya que el culto no es solo la oración y escuchar en alguna misa la
Palabra de Dios, es por eso que debemos ser
conscientes de que el culto divino nace de la fe en la
Palabra y debe llevar a la vivencia la
caridad. Las Hermandades y Cofradías necesitamos obligatoriamente además, la
evangelización de sus miembros mediante su formación teológica y espiritual, y
el ejercicio de la caridad cristiana.
Me gustaría terminar con un pequeño fragmento de la
homilía del Santo Padre Benedicto XVI en las Jornadas Mundiales de la Juventud
celebradas este año en Madrid: “…Sí,
queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da
sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad,
sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios.
Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la
fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima
con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a
vivir como personas que se saben amadas por Dios.
Si permanecéis en el Amor de
Cristo, arraigados en la fe, encontraréis, aun en medio de contrariedades y
sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone a vuestros
ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona. Queridos jóvenes, no
os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que
Cristo.
Precisamente ahora, en que la cultura
relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la
aspiración más alta del espíritu humano, debemos proponer con coraje y humildad
el valor universal de Cristo, como salvador de todos los hombres y fuente de
esperanza para nuestra vida…”
Os deseo una Feliz Navidad en compañía de
vuestros seres queridos.
Que nuestros Amantísimos Titulares nos acompañen en
estos tiempos tan duros que nos han tocado vivir.
P.D. Poneos en presencia de Dios y dedicarle un ratito con la siguiente
oración:
Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo donde reine la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies
para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios
para anunciar al mundo la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción
para lograr que todos seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Jesús, danos tu amor y tu fuerza
para proseguir tu causa
y darte a conocer a todos cuantos podamos.
Juan Francisco Bastos Domínguez
DIPUTADO DE FORMACIÓN
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